Enrique y la televisión rosa: Hugo Luna

Jal.| 22 ago. 2014

Finalizado el ciclo "reformista" del presidente Enrique Peña Nieto con la promulgación de las leyes secundarias de la reforma energética, se ha activado en paralelo un intenso despliegue mediático creado a modo para legitimar las acciones tomadas desde Los Pinos.

Uno de los últimos capítulos de esta estrategia ocurrió esta semana con la televisión como protagonista principal. Peña Nieto, cuya imagen se muestra muy afectada en los últimos sondeos, ha aumentado su presencia en medios de comunicación, sobre todo en la televisión.

Durante la semana, el presidente ha sido el invitado principal en el matutino de chimes Hoy, un programa que es símbolo de la televisión frívola que lamentablemente ocupa buena parte de la parrilla de la televisión abierta en el país.

Ahí, el presidente ha explicado a un par de actores convertidos en reporteros para la ocasión, los beneficios de las once reformas aprobadas en sus primeros 20 meses de gestión, mientras daba un recorrido a sus invitados por Palacio Nacional.  

La entrevista, por bochornosa y ridícula, merece ser vista para comprobar que aún no hemos superado las peores épocas del presidencialismo arcaico. "Eso suena muy bien, eso suena muy bonito, es muy motivante, emociona escucharlo", dijo la conductora Andrea Legarreta, luego de que el presidente le explicara algunas de las bondades de las reformas.

Esta campaña de exposición mediática continuó la noche del martes en "Conversaciones a fondo", una tertulia creada exprofeso para mejorar la imagen del presidente y apoyar las reformas, la cual fue transmitida al mismo tiempo por Televisa y TV Azteca. Las preguntas a modo y la ausencia de crítica de los periodistas, recuerdan a aquellas entrevistas que se realizaban a los presidentes, previo a los informes. 

Afortunadamente, la gente cuenta ahora con más fuentes de información y ya no se traga tan fácil estas campañas de manipulación. Reprobado en las encuestas, criticado por la prensa internacional, Peña Nieto necesitará muchas horas más de televisión para convencernos de unas reformas que, en muchos casos, tendrán consecuencias negativas para el país.

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